Empiezas a pensar en qué puedes hacer este año para reducir el importe a pagar de tu declaración de la renta, la que presentarás el año que viene. ¿Y qué es lo primero que se te viene a la cabeza? Pues la herramienta más conocida para hacerlo (seguro que ya la estás pensando), que son las aportaciones a los planes de pensiones.
Hablemos de eso, ¿te parece? Y para empezar se me ocurre hacerte cuatro preguntas:
- ¿Por qué no empiezas a planificar esto a principios de año para tener más margen de maniobra?
- ¿Conoces cómo funciona la fiscalidad del plan de pensiones?
- ¿Le sacas el máximo provecho fiscal a este producto?
- ¿Es la aportación a un plan de pensiones tu mejor opción?
Vamos a entrar a responder en parte a las tres últimas preguntas. Respecto a la primera, te animo a que a principios de año te sientes con tu asesor a planificar el año fiscalmente, que variará en función de tu situación. Si quieres que la analicemos nosotros, deja tu email en comentarios y nos ponemos en contacto sin compromiso.
¿Cómo funciona la fiscalidad del plan de pensiones?
Como siempre digo, voy a intentar ir a lo que creo que te interesa, sin entrar en tecnicismos ni al detalle de la ley, para que te queda una idea más o menos clara.
Cuando haces tu declaración de la renta, lo que vas haciendo es sumando los diferentes tipos de rendimientos que has tenido durante el año. Después de aplicar una serie de normas, reducciones, etc, llegas a una cantidad neta sobre la que se aplica el tipo impositivo, que es un porcentaje. Lo que resulte de aplicar ese porcentaje, resumiendo, será lo que tengas que pagar.
Cantidad neta de rendimientos x Tipo impositivo = Cuota a pagar
Pues bien, con las aportaciones que hacemos a los planes de pensiones lo que hacemos es reducir la «Cantidad neta de rendimientos» de la fórmula anterior en el mismo importe de las aportaciones realizadas.
Ejemplo:
Cantidad neta de rendimientos: 20.000 euros
Aportaciones plan de pensiones: 5.000 euros
Tipo impositivo: 25% (será mayor cuanto mayor sean tu «Cantidad neta de rendimientos»)
- La cuota a pagar si no hubiera aportaciones sería: 20.000 x 25% = 5.000 euros
- La cuota a pagar con las aportaciones sería: (20.000-5.000) x 25% = 3.750 euros
Fórmula para calcular el ahorro = Aportaciones al plan x Tipo impositivo = 5.000 x 25% = 1.250 euros.
Ojo!! La ley te pone un límite máximo para reducir la «cantidad neta de rendimientos», que es la menor de estos dos importes:
- 8.000 euros.
- 30% de la suma de los rendimientos del trabajo y de actividades económicas (igual no sabes qué son rendimientos del trabajo y de actividades económicas…No te preocupes, quédate con el hecho de que hay un límite en función de estos rendimientos)
¿Si el importe que he aportado al plan de pensiones es superior al límite?
Si el importe que has aportado al plan de pensiones es superior al límite, en la declaración debes decir que es así para poder aplicarte la deducción por ese exceso en años posteriores.
Ten en cuenta que esas aportaciones, que ahora reducen la cantidad sobre la que tributas, van a tributar en el momento que las saques del plan de pensiones (cuando te jubiles, probablemente). Por lo que realmente lo que se produce es un diferimiento del pago del impuesto, es decir, en lugar de pagar ahora por esas mismas cantidades, lo harás cuando te jubiles.
¿Le sacas el máximo provecho fiscal al plan de pensiones?
Lo vemos con ejemplos. 🙂
Ejemplo 1: aportas una cantidad fija mensual al plan de pensiones.
Si una parte de tus ingresos anuales son variables, te interesa calcular a final de año tu aportación óptima al plan de pensiones, en lugar de dejar un traspaso mensual y despreocuparte.
Una de las variables de la fórmula que te mostraba antes era «Tipo impositivo» y decíamos que será mayor cuanto mayores sean tus rendimientos. Por tanto, el ahorro fiscal es mayor cuando tus rendimientos son mayores.
Esto quiere decir que si tienes previsto que en los próximos años tus rendimientos van a ser mayores, te puede interesar no aportar este año y dejar ese dinero para aportarlo en esos años.
En resumen, te puede beneficiar dejar para final de año el cálculo de las cantidades a aportar al plan, en lugar de hacerlo mensualmente durante el año.
Ejemplo 2: estas casado/a y tu cónyuge no trabaja.
Además de poder reducirte el importe máximo ya comentado antes, tienes la opción de reducirte hasta 2.500 euros por las aportaciones que hagas al plan de pensiones de tu cónyuge.
Ojo Si tu cónyuge tiene una discapacidad física o psíquica podrías aplicar una reducción extra de hasta 10.000 euros.
Ejemplo 3: te aplicas deducción por inversión en vivienda habitual (15% de los pagos hechos por la hipoteca).
En este caso es importante que valores qué te interesa más, ¿amortizar préstamo o aportar al plan de pensiones?
No es un cálculo fácil y sería bueno que te sentaras con tu asesor para hacer una estimación y comparar ambas opciones.
Ejemplo 4: poner beneficiario en el plan de pensiones.
Antes comentaba que las aportaciones hechas al plan van a tributar cuando se rescaten. Pues bien, en el caso de que fallezcas, una forma de que esas aportaciones tributen lo menos posible es la de poner como beneficiario al miembro de la familia con menores rendimientos. De esta forma, el tipo impositivo que se le aplique a las aportaciones será menor. Podría darse el caso de que fuera un hijo menor, sin rendimientos, y la tributación sea cero.
¿Es la aportación a un plan de pensiones tu mejor opción?
Hay otra alternativas a los planes de pensiones, como pueden ser los seguros de jubilación. Con estos de productos cumples el mismo objetivo, que es ir acumulando tus ahorros para tener un colchón financiero cuando te jubiles, pero en lo que respecta a la fiscalidad tienen una diferencia fundamental.
Seguros de ahorro o seguros de jubilación
Con el seguro de ahorro, las aportaciones que hagas no te van a servir para deducirte nada en tu declaración de la renta, pero cuando recuperes el dinero al jubilarte lo único que va a tributar son las ganancias que hayas tenido con el dinero que has aportado.
Este producto puede ser una buena opción para aquel que no se pueda beneficiar fiscalmente por las aportacioes hechas a un plan de pensiones. Este puede ser el caso de una personas cuyos rendimientos anuales no sean del trabajo ni de actividades económicas, o éstos sean muy pequeños (por el límite que comentábamos al principio).
Ejemplo:
Imagínate que tus rendimientos vienen sobre todo del alquiler de inmuebles. ¿Qué sentido tiene que aportes dinero a un plan de pensiones? Supon que aportas 1.000 euros, pues bien, en tu renta no te vas a beneficiar en nada o muy poco por esa aportación, y en cambio cuando te jubiles y recuperes esos 1.000 euros, vas a tener que pagar en tu renta por recibir esos 1.000 euros (tributarían al 100%!!).
En fin, con todo esto te intento transmitir que analices bien, y con ayuda de un profesional, cualquier movimiento que afecte a tu fiscalidad (y en este caso, más concretamente, con tu plan de pensiones). A veces las cosas no son lo que parecen…
No estas solo, crecemos contigo!